lunes, 11 de abril de 2011

Preludio.

Algo muerto,
crece y se gesta aquí dentro.
Me produce nauseas.
Pero no lo puedo expulsar.

Cinco minutos atrás comenzó,
justo en el momento en que te ví.
Preludio de un augurio inventado,
o más real que lo vivido antes.

Me siento petrea, y no quiero cambiar mi estado.

Tengo miedo a que cinto minutos después,
vuelva a encontrarte y sentir,
como no hay luz, ruido o gente.
No quiero moverme ahora.

Quiero quedarme perdida, en un lugar que desconozco.

sábado, 9 de abril de 2011

Si soy sincera...

Tú, tú, tú, tú, tú, tú, tú, ...

Quiero escribir líneas nuevas.
Líneas que hablen de...

No me interesa hoy más que...
Tú.

Si pienso una palabra hermosa...
Tú.

Si pienso el verso perfecto...
Tú.

Hoy no puedo salir a la calle.
Hoy no puedo ser quien fui ayer.
Hoy no puedo,
porque se levantaron durante un tiempo,
unos muros a mi alrededor,
que solo lleván escrito,
tú.

Llave que buscas.

La llave que buscas...
no,
la llave que busco,
la que necesito para salir,
no es la que quiero.

Por eso sigo encerrada,
en una realidad inventada,
deseada,
que nunca llegará.

Es tan obvia la salida.

Tan fácil, se supone,
tan díficil.
He estado en esta celda,
sola, pensado en su belleza.

Y todo era tan hermoso en ella,
que no soy capaz de ver que todo esta vacio.

Hoy solo quiero quedarme en esta nada,
llena de cosas que creía, estaban ahí.

Solo ellas.

Todo sigue igual fuera,
y todo parace haber cambiado.

El murmullo de la calle,
la luz que entra por la ventana
- yo sentada en un sofa.

Yo siendo la misma, distinta.
Las palabras dentro,
dicen que quieren salir.
Pero ni ese mínimo acto...

... me detengo en un instante,
eterno, que tendrá su fin,
cuando todo este olvidado.

Y el olvido derará a las palabras,
solo a ellas salir,
solo ellas podrán ser libres.
Yo ya no lo soy.

Estan ellas y un pensamiento,
un pensamiento que no se borra,
y las atrapa y me atrapa.

Ni la distancia, ni el tiempo.
No puedo medir el olvido.

miércoles, 6 de abril de 2011

Obviando el punto de mira.

Ves, esta ahí, justo ahí.
Y esquivas la mirada.
¿No quieres dar fin a la búsqueda?

Te alejas,
cambias el punto de mira,
justo cuando se erguía frente a tí.

Una salida.

No se mueve, no cambia,
el momento se transforma,
en una realidad inerte.

No todo se pierde.

Laberinto



Obra final, y con título, por fín.
Jajajajajaja, tanto, tanto...